12 de octubre, nada que festejar
La fecha está relacionada con el "descubrimiento de América" y de hecho algunos en ese momento la descubrieron y de ellos se habló tanto, que perduraron en la historia.
Sin embargo, para los descubiertos, fue el principio del final para la vida tal y como la conocían.
Ellos eran los originarios, los que orgullosos se sabían dueños de la tierra por amor, por herencia y por trabajo. Ellos, los que por generaciones transmitían la sabiduría y el respeto de y por la naturaleza. Que honraban al sol, la luna y sus cambios, las estaciones y sus influencias. Los que agradecían las lluvias y los ríos. Los que se convertían por amores y tremendos dolores, en pájaros, flores y árboles, vagando en camalotes, llorando hasta el presente.
Nuestros originarios, los que hoy están siendo empujados, alejados de sus lugares, maltratados, reprimidos y hasta muertos. Nuestros originarios saqueados y obligados a vivir en la más terrible de las miserias.
Nuestros hermanos por territorio, que reclaman lo que por naturaleza les pertenece, sin bajar la mirada, con la dignidad y la templanza aprendida de ancestros.
Nuestros hermanos que no han tenido nunca razones para festejar el haber sido descubiertos, quienes nos demuestran todos los días que somos ignorantes de lo nuestro, que tenemos todavía mucho por aprender de esos secretos que tan bien han guardado en complicidad con la tierra.
La fecha está relacionada con el "descubrimiento de América" y de hecho algunos en ese momento la descubrieron y de ellos se habló tanto, que perduraron en la historia.
Sin embargo, para los descubiertos, fue el principio del final para la vida tal y como la conocían.
Ellos eran los originarios, los que orgullosos se sabían dueños de la tierra por amor, por herencia y por trabajo. Ellos, los que por generaciones transmitían la sabiduría y el respeto de y por la naturaleza. Que honraban al sol, la luna y sus cambios, las estaciones y sus influencias. Los que agradecían las lluvias y los ríos. Los que se convertían por amores y tremendos dolores, en pájaros, flores y árboles, vagando en camalotes, llorando hasta el presente.
Nuestros originarios, los que hoy están siendo empujados, alejados de sus lugares, maltratados, reprimidos y hasta muertos. Nuestros originarios saqueados y obligados a vivir en la más terrible de las miserias.
Nuestros hermanos por territorio, que reclaman lo que por naturaleza les pertenece, sin bajar la mirada, con la dignidad y la templanza aprendida de ancestros.
Nuestros hermanos que no han tenido nunca razones para festejar el haber sido descubiertos, quienes nos demuestran todos los días que somos ignorantes de lo nuestro, que tenemos todavía mucho por aprender de esos secretos que tan bien han guardado en complicidad con la tierra.
Gracias! un texto maravilloso. Con permiso:lo comparto en facebook y tweeter
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