JUEGO DE NIÑOS
" DECÍA QUE VOS ERAS UNA PSICÓPATA"
Hoy cerca de mediodía, desde el patio de casa, escuchaba jugar a niños vecinos, risas y ladridos de perros amigos se mezclaban alegremente. No faltaban corridas acompañadas de gritos y todo el jolgorio que normalmente rodea a niños que juegan. Todo venía bien, hasta que escucho en un parate organizativo de los gurises, la frase que dió lugar al título, "decía que vos eras una psicópata". Interrumpí lo que estaba haciendo con el objetivo de informarme en detalle acerca de cómo seguía el juego que comenzaba de esa manera, pretendiendo saber que entendían respecto de la palabra empleada. Mi acostumbrada y enorme imaginación me abandonó de repente y por más que lo intenté no pude diseñar en mi cabeza ningún juego que incorporara a una psicópata sin ser por lo menos sangriento.
Lo que sí pude analizar es la frase que me apareció de la nada en la memoria y que tantas veces se repite, sobre la influencia que tiene la televisión en las criaturas, sobre todo en las que utilizan el artefacto sin el debido control de los padres. También recordé lo que el psicólogo creador del teléfono del niño, dijo en una charla, sobre la capacidad de los pequeños de absorber como una esponja todo lo que pasa alrededor y que los familiares directos de los locos bajitos deberían decir menos y ser más coherentes entre lo que dicen y hacen, porque son más copiados en sus conductas que en sus palabras.
Todo eso, sumado a la teoría que estudiara oportunamente de los juegos y cómo en algunos casos han sobrevivido a lo largo del tiempo transmitidos de un niño a otro, terminó de redondear mi pensamiento.
Los niños aprenden de todo y de todos, suman en soledad y en compañía de pares, de manera indiscriminada, los conocimientos que les parecen útiles, esto pasa aún en los que son buenamente guiados. Palabras raras, movimientos insólitos, objetivos imposibles, sabores extraños y todo lo que pueda imaginar es incorporado para sus posteriores intentos de prueba acierto-error. Algunos conceptos quedarán fijados y otros serán desechados.
Mis vecinitos jugaban, lo que está dentro de las buenas costumbres a esa edad, incorporando a su juego palabras aprendidas, en este caso seguramente de la televisión y también seguramente sin tener demasiada idea del significado de la misma,, salvo en lo relativo a la relación psicópata-situaciones raras y por qué no algo violentas. Nada del otro mundo, detenido, analizado y explicado a tiempo.
Pero... de pronto... todo quedó en la nada, cuando se escuchó el penetrante grito de la madre llamándolos a comer, antes, por suerte, que la psicópata accionara.
SEEchevarría (Poli)
" DECÍA QUE VOS ERAS UNA PSICÓPATA"
Hoy cerca de mediodía, desde el patio de casa, escuchaba jugar a niños vecinos, risas y ladridos de perros amigos se mezclaban alegremente. No faltaban corridas acompañadas de gritos y todo el jolgorio que normalmente rodea a niños que juegan. Todo venía bien, hasta que escucho en un parate organizativo de los gurises, la frase que dió lugar al título, "decía que vos eras una psicópata". Interrumpí lo que estaba haciendo con el objetivo de informarme en detalle acerca de cómo seguía el juego que comenzaba de esa manera, pretendiendo saber que entendían respecto de la palabra empleada. Mi acostumbrada y enorme imaginación me abandonó de repente y por más que lo intenté no pude diseñar en mi cabeza ningún juego que incorporara a una psicópata sin ser por lo menos sangriento.
Lo que sí pude analizar es la frase que me apareció de la nada en la memoria y que tantas veces se repite, sobre la influencia que tiene la televisión en las criaturas, sobre todo en las que utilizan el artefacto sin el debido control de los padres. También recordé lo que el psicólogo creador del teléfono del niño, dijo en una charla, sobre la capacidad de los pequeños de absorber como una esponja todo lo que pasa alrededor y que los familiares directos de los locos bajitos deberían decir menos y ser más coherentes entre lo que dicen y hacen, porque son más copiados en sus conductas que en sus palabras.
Todo eso, sumado a la teoría que estudiara oportunamente de los juegos y cómo en algunos casos han sobrevivido a lo largo del tiempo transmitidos de un niño a otro, terminó de redondear mi pensamiento.
Los niños aprenden de todo y de todos, suman en soledad y en compañía de pares, de manera indiscriminada, los conocimientos que les parecen útiles, esto pasa aún en los que son buenamente guiados. Palabras raras, movimientos insólitos, objetivos imposibles, sabores extraños y todo lo que pueda imaginar es incorporado para sus posteriores intentos de prueba acierto-error. Algunos conceptos quedarán fijados y otros serán desechados.
Mis vecinitos jugaban, lo que está dentro de las buenas costumbres a esa edad, incorporando a su juego palabras aprendidas, en este caso seguramente de la televisión y también seguramente sin tener demasiada idea del significado de la misma,, salvo en lo relativo a la relación psicópata-situaciones raras y por qué no algo violentas. Nada del otro mundo, detenido, analizado y explicado a tiempo.
Pero... de pronto... todo quedó en la nada, cuando se escuchó el penetrante grito de la madre llamándolos a comer, antes, por suerte, que la psicópata accionara.
SEEchevarría (Poli)
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