Veredas como esta, no se encuentran en todas partes.

Nobleza obliga, así como digo una serie inédita y enganchada de malas palabras por lo bajo y a veces, no tan por lo bajo, cuando me empantano, me salpica algún vecino considerado que los días de lluvia me y nos ve caminando por las calles en las cuadras en que las veredas brillan por su ausencia y no disminuye la velocidad porque la vida le urge, también debo escribir sobre las exclamaciones más lindas y que desde el corazón me salen cuando encuentro espacios como éste. Caminar por esta vereda es algo así como darse un lujo, recomiendo caminar despacio para disfrutarla, dejando que los colores y los aromas se nos incorporen y vayan con nosotros. Pido encarecidamente no cortar ninguna de las flores por el puro egoísmo del placer absolutamente personal sino y por el contrario, hacer el esfuerzo de sacrificarse pensando en todos los que por allí puedan pasar y por último deseo con fuerza que estas veredas se multipliquen para que alma en medio de todo lo diario respire profundo y sonría.

Ah...no, no me olvidé de escribir la dirección donde pueden encontrarla, me pareció que bien merece el esfuerzo de ser buscada.